martes, 16 de diciembre de 2008

AUTO-REFERENCIAS-6


La fe en las matemáticas se basaba en la confianza en conseguir demostrabilidad.....la fe en la arquitectura moderna se basa en la confianza en conseguir habitabilidad.

Si el sistema matemático se puede preguntar por la demostrabilidad, el sistema arquitectónico se pregunta por la habitabilidad

¿SOY DEMOSTRABLE?
¿SOY HABITABLE?

En matemáticas nos damos de cara con el espectro de Epiménides el cretense, en arquitectura nos encontramos de frente con el fantasma del usuario.

No podemos determinar la verdad o falsedad en la frase del cretense “todos los cretenses son mentirosos” así mismo no es posible decidir de la verdad o falsedad de la relación diseñador-usuario.......si es habitable (si es verdad) es que hemos conseguido un equilibrio armónico entre los deseos del diseñador y los deseos del usuario, pero este equilibrio nos lleva o a la disolución del diseñador como productor de deseos o a la disolución del usuario como deseante al ver sus deseos desechados por la imposición de deseos ajenos y por lo tanto no es habitable (falsa)....esta situación nos exige la necesidad de un diseñador y de un usuario en un plano superior donde se reproduce de nuevo la paradoja y así sucesivamente en un bucle infinito

EXTRAÑO BUCLE

El diseñador expresa sus deseos con determinadas formalizaciones que al ser enfrentadas por el usuario (generador de deseos) producen una contradicción o dialéctica entre deseantes....para llevar a buen puerto la diatriba es necesario disolver los deseos de uno en otro.....pero esto supone la disolución de la entidad diseñador o usuario o ambas.....bajo el punto de vista del diseñador su diferenciación está precisamente en la acción de proponer deseos para satisfacer deseos....si quiere ser consecuente y seguir existiendo como generador debe pasar a un plano superior (o más profundo) al de las primeras formalizaciones....tiene que aprender a proponer otros deseos con otras formalizaciones: deseos de satisfacer deseos de satisfacer deseos.....ahora su ejercicio trata de una meta-arquitectura con respecto a aquella primera arquitectura......sus diseños no consisten ya en propuestas directas de construir ubicaciones para satisfacer deseos (espacios habitables) sino en proposiciones meta-arquitectónicas para construir meta-ubicaciones donde puedan diseñarse ubicaciones para satisfacer deseos relacionados con la habitabilidad......Para ser fiel a sus objetivos creadores y no acudir a algún marco de convenciones (lista tipificada de deseos) este proceso auto-recursivo sería interminable.....el diseñador se encuentra con un sistema en el que no puede confiar.

El arquitecto no puede confiar en el sistema arquitectónico.

Deberá ser consciente de lo paradójico de su objetivo....es inútil pretender cerrar de alguna manera el campo disciplinar (teórica, metodológica o estilísticamente ) y a la vez querer sustentar todo el tinglado en la aspiración (o excusa) de habitabilidad......y si se pretende prescindir del concepto de habitabilidad, convirtiendo la arquitectura en una especie de juego formal-geométrico-escultórico-poético, aparte del placer onanísta, el diseñador siempre encontrará a un usuario que le requerirá por la habitabilidad......empezando por la coherencia en el sistema educativo, por ejemplo, enteramente sustentado sobre la fe de conseguir habitabilidad....no podrá sustraerse de alguna controversia con deseos manifestados de algún modo por el usuario......o aceptar el nudo gordiano o cortarlo a lo bestia con la espada......sólo desde una posición hegemónica como la que tenía Alejandro es factible resolver el nudo así: imponiendo desde una posición de dominio, totalitaria y dictatorialmente un conjunto de deseos a los que obligatoriamente tiene que plegar el usuario, quiera o no, sus propios requerimientos.

Mientras dormimos en la costumbre no pasa nada.....pero la costumbre supone históricamente la permanencia estable de un sistema de servidumbre....la costumbre ha establecido un marco de resolución de deseos tipificados.....el tiempo pasa y no hay problemas....hasta que vuelvan a aflorar las contradicciones.....y el usuario tenga la oportunidad de expresar deseos.....o pueda pedirle cuentas a la arquitectura por su larga colaboración en un sistema que le lleva a la infelicidad.

¿qué deseos de satisfacer cuáles deseos de habitabilidad ha llevado a diseñar y construir el millón de viviendas que tenemos vacías actualmente en España?

¿qué pensamiento arquitectónico sustenta la miríada de decisiones de proyecto que se han tenido que tomar para construir ese millón de viviendas?

El arquitecto ha tenido que ser arrastrado por Dionisos en una borrachera de fortuna, honor y gloria o bien ha sido seducido por Apolo con un ciego sueño nostálgico y aristocratizante de “revolución pendiente” o “esto no era así”......leve y frustrante consuelo para desventurados de alma pequeñita.

La actitud valiente, consecuente y sabia sería aceptar la paradoja dentro del sistema, ser conscientes de la imposibilidad de garantizar en todos los casos la habitabilidad y de la relación dialéctica entre diseñador y usuario, esperar incluso su propia disolución como diseñador y admitir la apertura del sistema a la existencia y necesidad de meta-sistemas que deben ser localizados, acotados y contextualizados, pretendiendo solamente su validez coyuntural y mostrando como esencia principios metamórficos de transformación, adecuación o caducidad.

Todo el sistema arquitectónico colapsa sobre si mismo devorado por un monstruoso agujero negro que vive en su núcleo: la habitabilidad o mejor dicho la pretensión de construir espacios habitables. Su propia esencia.

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