sábado, 20 de diciembre de 2008

De la Arquitectura y los Arquitectos-14


El Arquitecto es profundamente indiferente a la Historia y a la vez utiliza como base de su proyecto las manifestaciones de esa Historia misma.
Las obras arquitectónicas como manifestaciones espectaculares de la hegemonía representan actos anti-históricos.

La Historia de la Arquitectura es así la historia de las manifestaciones anti-históricas.

Sin embargo el arquitecto genera nueva arquitectura extrayendo material histórico exterior a la disciplina y trayéndolo al seno de la arquitectura en una continua trasgresión de los límites disciplinares.

La fuente de todo arte está en el pueblo

En todos los tiempos la fuente de materia prima de la arquitectura ha estado en la práctica social, en los materiales populares cotidianos.......costumbres, recuerdos, literaturas.......manifestaciones del ser popular.....es la expresión del ser humano y por tanto histórico.......ese material es introducido en el crisol de la disciplina y se transmuta en nuevo material apto para la representación de los actos hegemónicos, o sea, anti-históricos.

La labor del arquitecto es contradictoria, paradójica......nadie como el está más llamado a decir: YO MIENTO.
Como la Aritmética la arquitectura es indecidible. No podemos encerrar todas las verdades en un conjunto de axiomas y reglas de referencia,......intento vano de catedráticos y académicos.
Si es de lo más natural, ya que la Arquitectura es idónea para representar a ese ser enajenado y absolutamente indecidible que es el hombre-mujer......entonces ¿qué criterios de valoración tenemos? ¿qué guía podemos seguir?.....la Aritmética nos vuelve a dar el modelo...........Hay que buscar la consistencia del sistema de variables definiendo su validez contingentemente al contexto y a la oportunidad......y que vuele la imaginación.

Se necesita afición e ingenio............y nunca está de más un poco de suerte.

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