sábado, 20 de diciembre de 2008

De la Arquitectura y los Arquitectos-11


El espacio es la materia prima con la que se produce la obra arquitectónica......

ESPACIO es sinónimo de LUZ, no solo perceptivamente sino incluso en un sentido físico.
La luz es un intangible que los arquitectos manipulan a base de ubicaciones de objetos que sirven de refractores, difusores o reflectores de la luz.......este “juego” de objetos describe bien el tipo de cosas a las que prefieren dedicarse los arquitectos.
La luz, como material primordial, subraya el carácter primeramente visual propio del espectáculo.......los ciegos no quedan excluidos......los objetos por su materialidad (tamaño, textura, ubicación...) implican inmediatamente un carácter cinestésico, esencial en la arquitectura.
La obra arquitectónica (el edificio y el espacio-entre-edificios ) es VISIÓN y ACCIÓN.
Se consume (se percibe) mirando-viendo y haciendo-actuando.

La Arquitectura es un espectáculo de PARTICIPACIÓN.

El Arquitecto es un “constructor de trucos”...... un tramoyista........es el que “construye” el espectáculo.
Curiosamente Vitruvio identifica el término escenografía con la representación perspectívica del edificio.....con la imagen anticipada del espectáculo que se prepara.......al cliente le es presentada un fantasma, una fata-morgana, una anticipación del efecto teatral, “espectacular”, significante que producirá el edificio......el arquitecto es el escenógrafo de ese espectáculo.
En el mundo teatral, entre actores, el Método recomienda el sentimiento.....si no sientes el personaje no puedes representarlo.....sentir el personaje no es comulgar ideológicamente con su moraleja......es una forma tardía de romanticismo, un referirse con palabras novedosas a un sentido estético muy de moda en los viejos tiempos.
En el mismo sentido arcaizante, el arquitecto debe “sentir” el drama que representa.....no necesariamente coincidir ideológicamente.......en principio.....
El distanciamiento se mantiene poco tiempo.........enseguida las intenciones sobrepasan los límites del extrañamiento.....la independencia solo sobrevive en un arcaizante “sentir romántico del artista”.....el sistema productivo o en términos más generales el sistema-simbólico imperante apela a la conciencia y a la ideología del arquitecto con requerimientos de aceptación y militancia.
El arquitecto, para diseñar ciertas obras, debe aceptar y colaborar lealmente con las condiciones y simbología de la producción........el arquitecto debe ser correligionario del cliente....mucho más que el pintor de cámara.....infinitamente más que el maestro de capilla........esta es una inmensa contradicción a la que se enfrenta el arquitecto como individuo.

De los pecados de la Arquitectura el arquitecto es tan culpable como el cliente.

El arquitecto se enfrenta a las contradicciones que provocan los deseos de sus clientes.....el puede aceptar o no su trabajo, pero si se compromete debe hacerlo en cuerpo y alma....aceptando y militando en la ideología.....buscando fervientemente la consecución de los objetivos.......como el más leal de los súbditos......será premiado con fama, honor y gloria.
Puede no aceptar el compromiso.....no hay violencia que pueda obtener la arquitectura a la fuerza........el que no acepte puede ser destruido jamás obligado.....Como el amor la arquitectura no puede ser forzada..

No hay comentarios:

Publicar un comentario