El negocio inmobiliario -2

…La ciudad es un hecho natural, como una gruta, un nido, un hormiguero. Pero es también una consciente obra de arte, y encierra en su estructura colectiva muchas formas de arte más simples y más individuales….el pensamiento toma forma en la ciudad; y a su vez las formas urbanas condicionan el pensamiento. Porque el espacio, no menos que el tiempo, está organizado ingeniosamente en la ciudad….junto al lenguaje es, quizás, la mayor obra de arte del hombre…

(Lewis Mumford.)

(los subrayados son nuestros)

Más vale que los arquitectos aprendan a pensar como no-arquitectos…

La ciudad es el asentamiento de los grupos humanos….como toda obra humana expresa en su forma el método o la manera como ha sido producida….el proceso de producción de la que esa forma es producto….Como producto final de un proceso material e ideológico de producción no es natural en el mismo sentido que una gruta o un hormiguero….la ciudad actual es la ciudad del actual capitalismo….la construcción de la ciudad, como fenómeno histórico en continua metamorfosis, se acelera con el proceso circulatorio acelerado del neo-capital….el objetivo buscado es la obtención de beneficios sin preocuparse de la “naturaleza” de los resultados…..la ciudad no se construye para el bienestar de sus habitantes, ni tan siquiera para ofrecer un mínimo habitat, su construcción y la manera como se construye (en el tiempo y el espacio) está determinada por el mejor sistema encontrado hasta ese momento para obtener beneficios económicos….decir que la ciudad es una consciente obra de arte es considerar la economía capitalista aplicada a la ciudad (el urbanismo) como disciplina, un arte consciente….ese arte será el arte de ganar dinero….sí es cierto que físicamente, como asentamiento de seres humanos, la ciudad encierra muchas formas de arte más simples y más individuales…pero estas prácticas son arte en la medida que se enfrentan contradictoriamente a la ciudad como máquina-para-ganar-dinero…..este arte “individual” sería, bajo el punto de vista del buen-ciudadano, integrado y cazador de millones, un anti-arte….. el pensamiento toma forma en la ciudad….efectivamente, el pensamiento capitalista, el pensamiento de los agentes racionales que administran sus carteras de activos y el pensamiento de sus amigos políticos y catedráticos que sustentan con “urbanismo” y retórica todo el tinglado….las formas urbanas condicionan el pensamiento….a estas alturas es de perogrullo….las expectativas de negocio que ofrece el mercado del suelo condicionan todo el pensamiento urbanístico…..la infelicidad que provoca en la mayoría este pensamiento cuyo objetivo prioritario es encontrar la mejor forma de ganar dinero condiciona y provoca el anti-pensamiento ciudadano….calificar la actual organización de nuestras ciudades como ingeniosa demuestra hasta que punto el idealismo colaboracionista puede poner en ridículo a un intelectual…..en fin, entender el lenguaje y la ciudad como obras de arte es ya la ceremonia final de la confusión, es un chim-pam-pum poético, una forma rimbombante de acabar la frase….es difícil tomar en serio estas asociaciones más allá de un juego surrealista.

Resulta verdaderamente meritorio el continuado y persistente empeño de generaciones de intelectuales orgánicos en convencernos que las características del sistema capitalista, las formas de vida (o anti-vida) que produce, la infelicidad generalizada, es la forma “natural” de vivir…..maravilloso

El objetivo principal de la ideología de la clase dominante es, pues, la confusión.

Guy Debord

…..la burguesía occidental desarrollada, al constatar la caída de todos los sistemas de valores, apuesta por la descomposición ideológica completa, como reacción desesperada y por oportunismo político. Contrariamente, A*** –con el gusto característico del advenedizo- se reconoce en el pequeño burgués que está contra la descomposición de los valores culturales del siglo pasado; y no ve otra solución que una restauración autoritaria de estos valores.

Guy Debord

No debemos rechazar la cultura moderna sino apropiárnosla para negarla.

Guy Debord