viernes, 6 de septiembre de 2013




Esferas-13

Teatro optimista

Alegoría: el teatro es un recipiente cerrado lleno de espuma.
El arquitecto proyectará las paredes del recipiente con un material cuyo grado de rigidez sea suficientemente alto, capaz para resistir un nivel máximo de presión interpersonal, y con la carga de rotura por debajo de un valor tal que puedan desintegrarse por la presión de un campo de fuerzas no demasiado agotador. La desintegración más que el producto de una explosión es la consecuencia de un proceso de radiación-evaporación. El material empleado para las paredes del recipiente debe tener la cualidad de destilar un éter simbólico, un aroma de fuerza interior (de intimismo), de acontecimiento liberador, de  sentimiento, de risa. Esos efluvios significantes serán percibidos desde el exterior por un público damnificado, desinteresado, pero permeable a las seducciones. Las fachadas son escenarios.
Si así se hace, a lo largo del tiempo, el recipiente irá adquiriendo relevancia y venerabilidad, y finalmente se convertirá en un icono emancipatorio en el seno de la ciudad.


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