domingo, 17 de mayo de 2009

El negocio inmobiliario -13



EL URBANISTA IDÓLATRA


(Para una galería de personajes: intelectuales orgánicos)


Este personaje percibe y entiende la ciudad como un objeto….ha tomado el continente por el contenido olvidándose de este….piensa: la ciudad es la forma donde viven los seres humanos, observando y estudiando esa forma sabremos cómo viven sus inquilinos….en su visión idolátrica no parte de cómo y porqué viven como viven los ciudadanos….ha olvidado el fin del urbanismo que es el bienestar de la gente de la ciudad…..no comprende el drama dialéctico de la historia y no puede darse cuenta que son las acciones violentas para imponer una determinada manera de vivir las que determinan las formas y no las formas las que inducen maneras de vivir, y que las formas no expresan mas que las contradicciones del proceso social de producción que las ha conformado.

El idólatra se representa al ciudadano como una super-marioneta dentro del tinglado de las maravillas que él dirige…..el usuario se disipa, desvaneciéndose como un espectro, amoldándose a la materia constructiva….ésta es la diosa, el ídolo…..transformemos el ídolo y se transformará la gente….sueño vano, quimera alucinada…..por mucho que vista, adorne y cambie de maquillaje al santo, la vida de la gente transcurre abandonada a su suerte….las contradicciones que sufre el ciudadano se producen en todas las formas y éstas como virus invasores al inundarlo todo, con un crecimiento frenético, vienen a agravar cada día más las desventuras de la gente…..

El urbanismo idólatra se amolda a la perfección con el negocio inmobiliario….su visión objetual de la ciudad en crecimiento justifica cualquier operación desarrollista…..la ciudad es un objeto en crecimiento…un ente objetual que desde una formación primera (fundación) ha venido creciendo en un proceso progresivo y así seguirá haciéndolo en el futuro….el idólatra será capaz de justificar cualquier acción urbanística salvo el de-crecimiento….hay una tácita y secreta aversión por el vacío…..su concepto de bienestar está sólidamente unido al de crecer….necesita llenar el mundo de artefactos para apaciguar sus miedos.

Veamos qué fácilmente el urbanismo idólatra justifica la Torre.

El idólatra sostiene que la ciudad es un objeto originado por una “lógica fundacional”; existe una persistencia en la forma cambiante que obedece a esta lógica y es detectable como una estructura profunda de la forma……en el caso de Sevilla, la lógica fundacional tiene que ver con el punto crítico del vado del río….la Torre situada precisamente en ese punto viene a subrayar, explicitando aún más, la estructura profunda de la forma de la ciudad…en ese sentido la Torre se adapta perfectamente y es armónica con la forma profunda de Sevilla……sin embargo, aún admitiendo una lógica fundacional de Sevilla como punto de cruce del río, esto debería haber dado lugar a una ciudad mucho más permeable este, oeste….y la realidad es que la ciudad más que paso es obstáculo territorial….la Torre al situarse en el punto crítico, entorpecerá mucho más el cruce del río simbólico….si existe una estructura profunda de Sevilla como paso este-oeste la Torre se nos presenta como un obstáculo, niega y no afirma la estructura .

Para el idólatra la ciudad es una consecuencia objetual de las condiciones físicas y medio-ambientales del lugar…..la posición de la Torre en la ribera del río, la integra materialmente en el sistema fluvial, nadie puede dudar que armoniza con las condiciones físicas y geográficas del río Guadalquivir….(para el tema medio-ambiental nos remitimos a las múltiples referencias contenidas en la “fachada verde” del proyecto)…..la Torre por su valor icónico es un elemento preferido en los ritos idolátricos….se eleva de la escala del individuo a la escala geográfica…..el icono como abstracción y la forma geográfica como construcción ideal, conforman un sistema que se presenta en la mente del idólatra como el emblema perfecto de la armonía…….esta armonía se esfuma en cuanto advertimos que .la ciudad se ha conformado a pesar de las condiciones naturales….su desarrollo ha estado, casi siempre, en contra más bien que a favor de la naturaleza y el medio-ambiente…..la ciudad del capitalismo triunfante es un perfecto ejemplo de in-sostenibilidad, en sintonía con el sistema que la conforma….si la ciudad fuera la consecuencia de la interacción con el sistema físico, tendríamos un organismo en armonía con la naturaleza…..el sistema que la produce, el motor generativo de la ciudad moderna, la obtención de beneficios y no el bienestar del público, empeora rápidamente las condiciones medio-ambientales…..las grandes operaciones urbanísticas, los espectáculos de concentración del capital, son ávidos por la sangre natural….quieren a toda costa apropiarse de la naturaleza pero para su explotación y degradación…..en la práctica diaria del urbanismo idólatra formal-idealista la ciudad se produce no en sintonía sino en contradicción con las condiciones físicas y medio-ambientales del lugar.

El idólatra no puede negarse a la evidencia de que la ciudad, como objeto, es el resultado histórico de los sistemas productivos y las estructuras de propiedad del suelo….admite que la ciudad es producto histórico de las formas de producción….pero su visión objetual coloca todos los objetos urbanos históricos en plano de igualdad….la idolatría de la forma percibe la energía y la influencia de cada objeto pero lo independiza de las contradicciones entre fuerzas productivas y modos de producción que expresa…….para él todos los edificios representativos de la ciudad, al margen de las intenciones, salvando distancias temporales, sin diferenciar si es producido como valor de uso o valor de cambio, tienen una valoración equivalente….no importa si la Catedral se edificó como valor de uso ideológico y la Torre se fabricará exclusivamente como valor de cambio……para el idólatra las formas representan hechos sociales….influyen en la sociedad y en el devenir de la historia….si la Catedral o la Fábrica de Tabacos, salvando abismos temporales, objetivos, valores, conformaron la ciudad, la Torre en su valor representativo de las estructuras productivas (especulativas) que la producen, conformará a su vez la ciudad del futuro, equivalentemente, en armonía con el devenir de la ciudad, ocupando el puesto que se necesita hoy para continuar el eterno crecimiento.

El deslumbramiento idolátrico por lo formal, hace olvidar al urbanista las consecuencias sociales de los desarrollos que propone…..el empobrecimiento general que produce la Torre por su impacto sobre el precio del suelo, las ondas concéntricas de elevación del precio que surgen desde la Torre, distorsionando y degradando los usos populares hasta convertirlos en mercancías y transformando efectivamente esos usos en las zonas cercanas (casco antiguo, Triana) provocando un agravamiento de la gentrificación del centro y la expulsión cada vez más lejos de la gente que no puede pagar los elevados precios de estas zonas…..estos grandes negocios inmobiliarios distorsionan los valores sociales, degradan el territorio y aumentan la ruina de los ciudadanos.

La ciudad actual, con el ritmo acelerado de la especulación inmobiliaria, pasa por encima del idealismo formal como una apisonadora…..nunca hubo tanto pensamiento urbanístico, tanta retórica, tanta proposición, tanto convenio, tanto programa de actuación, tanta ordenación y tan poco control sobre el crimen organizado de las actuaciones urbanas que con ese urbanismo idólatra…..mientras las formas son veneradas y se quiere ver en ellas el origen de la vida social, esta se desintegra en luchas y contradicciones y la ciudad se retuerce en muecas dolorosas por su hidropesía constructiva en manos de negociantes sin escrúpulos….la madera del ídolo Sevilla está brillante de la baba del besa-pies…..mientras los sevillanos revientan en el desempleo y la ruina y las formas urbanas se ulceran y se pudren del cáncer del crecimiento.

La misa negra del idólatra termina entre vapores culturales…..el urbanista idólatra está convencido de que la forma de la ciudad responde a un proceso histórico de expresión cultural….sólo que el concepto cultura, para el idólatra que maneja y sólo entiende de formas visibles (no existen idólatras ciegos) tiene un sentido teatral, de opereta…..se da cuenta de la ortogonalidad de la ciudad romana pero se le escapa la realidad de encuadramiento y disciplina militar y el sentido de dominio sobre el territorio…..ve el laberinto musulmán y no averigua las rivalidades internas entre clanes, familias o religiones….ve la torre medieval o la iglesia mudéjar con su colación y no comprende la opresión del vasallaje o la imposición violenta de una ideología…..percibe el sistema catedralicio, símbolo de fe cristiana y no percibe el hedor de la sangre infiel derramada para arrebatarles los dinares de oro que sufragaron las obras……

El idólatra ve las formas urbanas rodeadas de un extraño aura…..ese resplandor le induce a construir inventarios y a estos inventarios formales, superficiales, parciales, les llama cultura…..la ciudad es la expresión de la cultura de un momento histórico……pero si mirara con un poco más de atención vería que la cultura es un fenómeno dramático, que lo cultural no es más que la manifestación de una lucha a muerte y su expresión formal, la forma de la ciudad, está distorsionada, violentada, forzada por la violencia de la hegemonía……si de verdad se concibe la ciudad como expresión cultural, la visión que se obtiene es terrorífica, una cultura de la opresión y una expresión dislocada…..la ciudad como expresión cultural es una forma cancerígena que se devora a si misma….enferma por la codicia…..el cáncer quiere apropiarse de todo el organismo, condenando a la pobreza y a la exclusión a sus legítimos inquilinos…..

Cómo va a explicar el idólatra, con su refinado urbanismo de estructuras formales de crecimiento, el gigantismo, la aberración monstruosa en que se ha convertido la ciudad en los últimos años……pero la mente del idólatra, que no percibe el ruido de la miseria, está serena….la cultura es expresada en las formas urbanas, qué mejor expresión que una Torre para representar la cultura moderna…..las ciudades “modernas” están llenas de torres…….forma por forma, historia por historia, la Torre es la que toca…….la Torre es lo “moderno”, la perfecta expresión de la cultura de nuestro tiempo…….su serenidad no le llega para comprender que la cultura que se imagina es en realidad la cultura del dinero y el negocio fácil a costa del público…..y la cultura se expresa en la ciudad….efectivamente, la cultura de la especulación, del egoísmo, de la estafa, del latrocinio…..la Torre es la mejor expresión de la cultura de los mafiosos, ladrones de pobres…..esta es la “nueva” ciudad del urbanista idólatra….para que veas.

2 comentarios:

  1. Mis más profunda admiración y agradecimiento por regalarnos un acelerador de neuronas. Siempre es bueno tener uno, pero como ahora nunca.
    Gracias por darnos un espacio de pensamiento, crítica y expresión. Y además 24h!

    Completamente deacuerdo contigo. Sólo decir que por naturaleza devoramos todo lo que podemos.El humano es carroñero.
    Esto no es más que una expresión absolutamente instintiva.De aquéllos que no consiguieron imponer su "persona" a su animal; con mucha vista (gorda)sí, pero muy poca visión.

    Antonio, absolutamente genial!

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  2. ¡Genial!. Como dice Irene, ese es el adjetivo para este portentoso artículo, gracias por regalarnos este espacio. Un antiguo alumno.

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