domingo, 6 de marzo de 2011

Tradición versus Innovación-2


La creación arquitectónica es el resultado armónico del conocimiento de modelos experimentados y la detección y solución inventiva de problemas. Problemas viejos que se repiten históricamente con nuevas características en cada momento. Los llamados nuevos problemas no son más que viejos problemas con modificaciones de algunas variables en términos de escala, tiempo o posibilidades tecnológicas, pero mantienen un núcleo de variables similares a situaciones ya experimentadas en el pasado. Al fin y al cabo la arquitectura tiene un referente último, los seres humanos, o más precisamente, sus pasiones y estas parecen permanecer a lo largo del tiempo.
Experiencia e Inventiva son los valores sobre los que se construye la obra arquitectónica, esto parece poder ser sostenido por la mayoría. Oponer tradición e innovación es una perogrullada, no parece que tenga interés para un debate, sin embargo seguimos hablando de estas cosas y en términos de interesantes contradicciones, no sólo no es de Perogrullo sino que el debate surge con intensidad en estos tiempos y trasciende el campo disciplinar, apareciendo todos los días en la calle y en los medios informativos…la discusión ha llevado incluso a la resurrección del añejo espectro de las dos banderías: los tradicionalistas contra los innovadores.
En los últimos tiempos la discusión entre tradicionalistas e innovadores se ha enconado en el ámbito local a cuenta del debate sobre la pertinencia o no de la Torre Pelli, las “setas” de la Encarnación o la biblioteca de Z. Hadid. De los sectores de la administración y los medios orgánicos con el poder ha surgido la idea de que los que se oponen a estos proyectos son tradicionalistas y por el contrario los defensores son innovadores. Aquí tradicionalistas son asimilados a los que no quieren que nada cambie en la ciudad, que siga siendo siempre igual y fiel a un modelo ideal que pronto descubrimos inventado, inexistente…..serían unos supuestos seres que creerían en duendes (el duende de Sevilla) e innovadores es sinónimo de modernizadores: los que quieren “modernizar” la ciudad….como si la erección de grandes negocios inmobiliarios y sus correspondientes iconos o inescrutables y efímeros monumentos, representativos de su efímero poder, fuera la manera de modernizarse, en el sentido que ellos mismos le dan al término o sea la manera de mejorar la vida de los ciudadanos. ….se ve que ni existen los duendes ni engordando los bolsillos de unos pocos se mejora la vida de la mayoría.
La discusión presentada así es falaz, pura retórica que intenta ocultar las verdaderas contradicciones entre las aspiraciones de los ciudadanos y los intereses y privilegios de unos y otros.
También se identifica como tradicionalista a todo aquel que piensa que lo de aquí es lo bueno y todo lo que venga de fuera es lo malo, atavismo enranciado de viejísimas diatribas de los tiempos en que la iglesia dominante veía como de fuera venían con fuerza y popularidad los pensamientos ilustrados de renovación, e innovadores a los que creen que lo local es intrínsecamente malo y todo lo bueno lo esperan de fuera, posición extremista y ya anticuada de los tiempos de pesimistas pérdidas coloniales o de situaciones vergonzosas de opresión y dictadura reaccionaria….todo muy bien aliñado con la salmuera del tiempo, la costumbre y la historia.

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