martes, 20 de julio de 2010

Identidad-01




El arte en general y la arquitectura en particular se han impuesto, en todos los tiempos, el objetivo de expresar las pasiones humanas…..pasión en un sentido griego, o sea, acción mimética según Aristóteles, diríamos hoy identificación del yo con el super-yo, del individuo con el grupo….y humana en un sentido cristiano y por tanto marxista, o sea, referido al individuo en el grupo, al ser social.

Es así cómo el proceso de identificación, la acción y el efecto de identificar (opresión del grupo sobre el individuo) o identificarse (sometimiento del individuo al ser grupal) está en la raíz conceptual del arte de la arquitectura, a lo largo de la historia.

Ese afán identificatorio que exige el sistema, esa necesidad de advertimiento, ese mensaje insistente, constante, que se pretende eterno, inalterable, congelado en piedra, ha sido siempre el punto de origen del quehacer arquitectónico.

El grado de organización interna del individuo es inversamente proporcional al grado de organización del grupo….el cuerpo sin órganos de Deleuze y Guattari es, naturalmente, el individuo. El grupo, el sistema, en la medida que el individuo se vacía de órganos, potencia y amplía su organización. Sistemas autoritarios y jerarquizados, con organización férrea, castrense, exigen individuos vacíos, desorganizados, aislados, indefensos.

Los signos, símbolos y significados que expresan las obras arquitectónicas evidencian la lucha histórica del grupo contra el individuo. La metáfora esencial del monumento y de la ciudad construida es precisamente el mismo proceso de identificación….la obligatoriedad para el individuo de identificarse con el sistema está grabada en mármol por la arquitectura. El edificio no tiene interés académico si no es evidente su afán (conseguido o no) de convertirse en monumento, o sea, en advertencia, en recordatorio, en máquina arquitectónica de la memoria, para que a la vista del monumento todos los individuos sepan a qué atenerse, con qué deben identificarse, qué deben ser….todo edificio concebido como obra arquitectónica es una expresión del super-yo, de lo que-se-debe-ser, de lo que se debe sentir, de lo que se debe pensar.

Cuánto más se pretenda que un edificio o una urbanización representen al yo, al individuo, más se tendrán que alejar sus diseñadores de la arquitectura, menos expresiva será la máquina, más inestable, por tanto más dúctil, más difuminada, más cambiante.

1 comentario:

  1. ¿Por que existe en el hombre ese afan por alcanzar algo universal, por encontrar algo superior (dios o conceptos)? ¿Existen? Me da la impresion de que nuestro mayor fracaso es creer en ellos. La sociedad se asienta sobre principios imposibles, inexistentes (libertad, justicia...) palabras tan bellas para alegrar la existencia del hombre... El paraiso y Dios creo que realizan la misma funcion.
    ¿Por que el individuo (arquitecto), quien lucha a lo largo de su vida por distinguirse, no hace mas que enfocar su trabajo a las exigencias del grupo?

    Perdone el anonimato, le he cogido demasiado cariño a mi nombre. Perdone las faltas de puntuacion, el teclado esta averiado...

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